Las malditas «soft skills»

Inteligencia Emocional

En ciertos países, el concepto de Inteligencia Emocional no ha permeado lo suficiente como para ser empleado personal o profesionalmente. ¿Es o no es váliso? ¿Es o no es útil? En este post, Francisco plantea un más que interesante debate.

En la última década, la ciencia ha descubierto el papel importante que las emociones juegan en nuestras vidas. Los investigadores han encontrado que incluso más que el cociente intelectual, la conciencia emocional y habilidades para controlar sentimientos, determinarán nuestro éxito y felicidad en todos los ámbitos de la vida, incluyendo las relaciones familiares.


John Gottman, psicólogo y reconocido escritor norteamericano experto en divorcios y estabilidad matrimonial

Aunque parezca que no, me da a mí que la Inteligencia Emocional llegó, como concepto, para quedarse. Desde que Daniel Goleman, promotor principal del concepto que no investigador del mismo, escribió su libro éxito de ventas del mismo nombre en 1995, ha ido penetrando más y más en las culturas empresariales del mundo occidental.

En España, en concreto, es común encontrar numerosos artículos que hablan de la Inteligencia Emocional. Pero es igual de común encontrar expertos del coaching o consultores bien intencionados cuyos comentarios demuestran que la Inteligencia Emocional en España no pasa de anécdota curiosa, de objeto de cursos o artículos, pero de escasa o nula aplicación al mundo empresarial.

Muchas veces te encuentras que un concepto nuevo triunfa socialmente, pero no por su eficacia sino más bien como moda. En otras, más que moda, a pesar de lo ineficaz del descubrimiento, fue tan bien vendido socialmente que nadie pudo resistirse a usarlo. Un ejemplo lo tenemos en la muy famosa y desconocida publicidad subliminal.

Vicary, el creador del concepto, utilizó para su venta y promoción, lo que a la larga le diera fama y dinero, los datos falsos y manipulados de un experimento que realizó en un cine en 1954. El experimento consistió en proyectar, durante la película, un fotograma que decía “beba Coca-Cola” y otro que decía “come palomitas” tan rápidamente que no eran percibidos por el público de manera consciente, lo que, según Vicary, provocó un aumento notable en las ventas de ambos productos.

En cuanto publicó los resultados, (repito, falsos y manipulados porque el cine, para empezar, no llevaba estadísticas de nada) la Comisión Federal de Competencia de Estados Unidos prohibió tajantemente tanto que los cines usasen el reciente descubrimiento como que cualquier publicista se atreviese a usarlo en sus campañas. Lo cierto es que a pesar de haber hecho ilegal el uso de la publicidad subliminal, nada pudo evitar que los mitos del uso de esta metodología se extendiesen como la pólvora en Internet.

En 1962 el mismo Vicary reconoció la falsedad del experimento y la inutilidad de su método para lograr aumento en las ventas. Otro gran psicólogo social, Elliot Aronson, condujo un experimento en 1983 que probó, esta vez inequívocamente, que, en efecto, la publicidad subliminal no era efectiva en lo absoluto.

Con todo, aun existe mucha gente que cree en su efectividad y muchos publicistas que la siguen vendiendo. Yo mismo la estoy usando en esta charla así que si al final de escucharla o leerla sientes una necesidad imperiosa de comprar un libro o curso mío, quiere decir que sí funciona.

Otro gran invento fue el Coeficiente Intelectual o, para ser más precisos, el uso de las pruebas de medición del coeficiente, que se generalizaron en la sociedad después de la segunda guerra mundial.  Su uso generalizado empezó primero en el ejército y de ahí se extendió a la sociedad civil, donde se usó más comúnmente en la selección y contratación de personal.

La mayoría de los altos directivos norteamericanos de la última mitad del siglo XX fueron contratados por sus altos índices de Coeficiente Intelectual, los cuales se demostraban no solamente en las pruebas sino en la posesión de grandes y lujosos títulos académicos. Y son estos mismos altos directivos quienes llevaron a los Estados Unidos a perder el liderazgo industrial y empresarial ante los asiáticos en el mismo periodo de tiempo.

Es decir, las pruebas de inteligencia no resultaron útiles a la hora de encontrar personas íntegras, honestas, comprometidas, con capacidad de liderazgo, con dotes de comunicación, con capacidad de trabajar en equipo, innovar, adaptarse al cambio y muchas otras aptitudes más que forman parte de la Inteligencia Emocional. Una prueba de medición del coeficiente intelectual no permite conocer una de las características más importantes del candidato a seleccionar: la predictibilidad. Es decir, que puede contestar muy bien las preguntas que se le hacen en la entrevista, pero no tengo idea de si seguirá siendo igual de entusiasta 3 meses después.

Con la Inteligencia Emocional pasa algo similar en cuanto a la moda, pero la utilización que se hace de esta en España es, por decirlo de manera suave, tremendamente pobre, si no inexistente. Se le da una importancia total al intelecto, el que se ve reflejado en títulos y grados académicos sobre todo.

Ahora bien, los estudios alrededor de los cuales se desarrolló el concepto de Inteligencia Emocional, demuestran sin lugar a duda la importancia de esta inteligencia y su superioridad en eficacia sobre el intelecto. Es importante también, entender que no sustituye o elimina las ventajas del intelecto, las complementan fenomenalmente. Pero los estudios determinan que del 74% al 96% de las razones de éxito social en el mundo contemporáneo se desprenden de la Inteligencia Emocional.

Lo que me lleva a plantearme una pregunta. Por un lado, las aptitudes propias de la Inteligencia Emocional son irrelevantes para los seleccionadores y reclutadores de personal en España y, por otro, existen personas exitosas en España. La pregunta que me surge es si los exitosos españoles dominan, aunque sea sin saberlo, las aptitudes de la Inteligencia Emocional. Si fuera así, este resultado coincidiría con lo que los estudiosos de la Inteligencia Emocional promueven, que es una mayor relevancia que el intelecto para lograr el éxito.

Siempre cabe la interpretación de que la Inteligencia Emocional es un concepto más adaptable, útil y eficaz en ciertas sociedades o culturas, pero no en otras. Finalmente, Spain is different, según reza un conocido dicho popular.

Para responder, tal vez no totalmente pero sí en parte, esta pregunta, utilizaré dos métodos: observación directa basado en información de disponibilidad pública y los cuestionarios de medición de coeficiente emocional aplicados a españoles hasta este momento.

Comencemos por la observación directa.

Veamos y evaluemos cada una de las aptitudes emocionales en un personaje del mundo de los negocios, en otro del mundo de la política y en otro del mundo de la cultura. A cada una de las características le pondremos, al final, una nota del 1 al 10.

Hablemos de una figura pública exitosa del mundo de los negocios, Don Amancio , dueño de Inditex. Podemos analizar cada una de las 5 características de la Inteligencia Emocional y, en base a los resultados de su empresa, determinar de manera subjetiva qué tan bien domina las aptitudes emocionales.

Autoconocimiento. Se requiere de un fuerte autoconocimiento para confiar en tu intuición y tener la suficiente autoconfianza como para creer en tu idea, tan original que transformó el mercado de diseño, distribución y comercialización de ropa para siempre. Simplemente creó un modelo de trabajo contrario al que seguían las más grandes marcas de ropa de la época, tales como Benetton o Gap, quienes han reducido notoriamente su presencia en la actualidad, mientras que Inditex no para de crecer aun en tiempos de pandemia. Nota otorgada: 9

Autoregulación. No conozco nada ni la vida personal de Don Amancio ni la de su empresa, pero imagino que, si quieres tener éxito a largo plazo, es necesario en cualquier circunstancia, privarse de muchos placeres a corto plazo en aras de un futuro mejor. No me imagino una empresa del tamaño de Inditex sin haber vivido este tipo de privaciones o, como se le denomina en psicología, diferir la gratificación. Se requiere también, una dosis alta de Autorregulación para donar grandes cantidades del dinero personal en aras del bien común. Nota otorgada: 9.

Automotivación. Un antiguo jefe que tuve en mi primera empresa de consultoría, Jim Lyons, me comentaba que el reto mayor que enfrentaron en su proceso de crecimiento fue la internacionalización. Él y los demás fundadores de la empresa intentaron con relativo éxito, duplicar en otros países los métodos y sistemas de trabajo que tan bien habían funcionado en los Estados Unidos, su país de origen. Inditex ha logrado, lo sé de primera mano, que su forma de trabajar sea extraordinariamente uniforme a lo largo del mundo, adaptándose al mismo tiempo a las particularidades de cada país de destino. Esta es una de las características de la Automotivación, la búsqueda de la perfección, no conformarse con lo mediocre, y no nada más motivarse cuando algo se tuerce en el camino establecido. Nota otorgada: 9.

Empatía. A estas alturas, es evidente que Inditex supo capturar y comprender las necesidades de un mercado y no solo a nivel local sino internacional. Don Amancio fue suficientemente empático como para saber qué ofrecer y cómo ofrecerlo. Conocí una de sus tiendas por primera vez en México, hace ya varios años. Lo que más me sorprendió fue la posibilidad de realizar devoluciones en cualquier tienda y aun sin contar con el ticket de compra, ambas cosas imposibles de realizar en el México de aquella época y aun todavía en muchos lugares. Nota otorgada: 9.

Habilidades sociales. Personalmente, encuentro algo insulso y desganado el trato que dan los empleados de las tiendas de Inditex. Además, debo reconocer que es bastante extraño que algo de lo que ellos venden en cualquiera de sus tiendas me quede medianamente bien, por lo que mi guardarropa no es precisamente un muestrario de sus productos ni mucho menos. Sin embargo, a la gente parece gustarle un modelo de negocio en el que nadie se te acerca con la molesta pregunta “¿Le puedo ayudar en algo?”.  

Pero no solamente llama la atención su forma de tratar a la gente. Su modelo, por ejemplo, de comunicación está basado más en la transmisión oral de cliente a cliente y sus habilidades de persuasión para que las personas compren sus productos son evidentemente exitosas y no únicamente basadas en ofrecer un precio bajo, más propio de otras marcas como, por ejemplo, Primark. Nota otorgada: 7.

Analicemos ahora a un político llamado Pablo. Lo analizo a él porque es uno de los que más rápidamente ha prosperado en los últimos años, muy por encima de lo que otros colegas que llevan años en la política han conseguido prosperar.

Autoconocimiento. En cualquier empresa se requiere de una fe intensa en lo que se emprende, pero yo creo que en política o para crear un partido político, se requiere aún más, si cabe. No hay nada tangible que vender por lo que o crees en que vas a lograr lo que te propones o ni siquiera lo inicias. Nota otorgada: 9.

Autorregulación. Aquí es donde este hombre resbala hasta cuando el suelo no está encerado. Sus expresiones tuiteras del pasado y del presente o sus excesos en sus cambios de vivienda (de una zona de ingresos bajos a una zona de rentas altas a pesar de que le resultaría tremendamente perjudicial para su imagen) demuestran muy poco control de sus emociones y pasiones más perniciosas. Además, es conocido también por su tendencia a tener relaciones con cuanta mujer le cause atracción, una evidente muestra de falta de autorregulación. También es sospechoso de manejos irregulares económicos, laborales y políticos. Nota otorgada: 2.

Automotivación. Según mis observaciones, no muestra inclinación por cumplir normas de excelencia en su trabajo ni parece muy inclinado a aliarse as las metas del grupo o de la organización, sino que más bien está interesado en sus metas personales. Pero por otro lado ha probado tener iniciativa para aprovechar las oportunidades y también suficiente tenacidad para conseguir los objetivos que se ha propuesto. Nota otorgada: 7.

Empatía. Este personaje supo entender perfectamente los sentimientos sociales de su época y supo transformar el descontento social percibido en un movimiento político que, en origen, representaba con cierta fidelidad las inquietudes y aspiraciones de muchas personas. Un gran inconveniente es su alta intolerancia a las diferencias individuales, lo que no le permite alcanzar todo su potencial en el mundo de la empatía. Nota otorgada: 7.

Habilidades sociales. Es un hábil comunicador y sus habilidades de persuasión, tanto en el terreno romántico como en el social, son encomiables. No muestra grandes habilidades para trabajar en equipo, pero parece saber establecer vínculos personales instrumentales, muestra un liderazgo en sus afines notoriamente claro y ha demostrado saber manejar los conflictos con los que se ha encontrado a lo largo de su carrera, al menos, internamente en su grupo de allegados. Nota otorgada: 7.

Tanto Amancio como Pablo parecen tener suficientes aptitudes propias de la Inteligencia Emocional como para haber logrado el éxito. No es necesario siempre dominar todas las aptitudes propias de este tipo de Inteligencia, y lo que puede pasar es que si se es flojo en algunas tal vez el éxito sea menos duradero o trascendente.

Por último, al analizar a alguien del mundo de la cultura, Arturo, por ejemplo, encontraremos también que domina algunas, si no todas, las aptitudes que estamos evaluando. Arturo muestra una buena dosis de Autoconocimiento, lo he visto Autorregularse adecuadamente ante insultos y ataques personales, es pulcro con su trabajo creativo demostrando que posee una buena automotivación, la empatía no es su punto más fuerte pues con frecuencia demuestra cierta insensibilidad por los demás y, finalmente, gracias a sus habilidades sociales destacadas ha sabido posicionarse como un referente de la cultura en España.

Uhm… parece que después de todo, la Inteligencia Emocional sigue siendo importante para lograr cierto nivel de trascendencia en la sociedad española. Entonces, ¿por qué parece no interesarle a nadie más allá de cursos y artículos? A lo mejor es que, en España, la Inteligencia Emocional en realidad no sirve para nada y el éxito de estas personas es altamente inexplicable por este medio.

Una respuesta probable al desprecio español por la Inteligencia Emocional se encuentra en la inmovilidad de la sociedad española. Mientras que en Estados Unidos se crean varios miles de nuevos millonarios por año, en España los de este año siguen siendo los de siempre. Es decir, lograr cierto éxito no parece ser un motivante del ciudadano español, más allá de lograr cierta comodidad económica y de bienestar. Al no haber este deseo de superación y logro personal generalizado, el dominio de la Inteligencia Emocional se hace innecesario. Muy lejos queda ya un tal Hernán Cortés que, independientemente de sus actos contra los indígenas, buscaba incansable pasar de ser un cualquiera para convertirse en noble.

O, a lo mejor, el hecho de que España siga arrastrando problemas económicos y sociales, cada vez más intensos, desde hace varios años, tenga que ver con la falta de Inteligencia Emocional en los líderes, altos directivos y ciudadanos en general.

¡Ah! Lo olvidaba. ¿Qué muestran los cuestionarios de medición que han llenado en nuestra web varios cientos de personas en España? Sin meternos de lleno al detalle, en promedio y como Coeficiente General Emocional de todos, entendiendo que hay algunos muy bien contestados y otros no tanto, obtenemos un 5 de nota, siendo la autorregulación la aptitud emocional más baja de todas.

En todo caso el debate está abierto. ¿No queremos usar la Inteligencia Emocional porque no nos sirve para mejorar o no mejoramos porque no queremos usar la Inteligencia Emocional?

Por si acaso, yo aprendería Inteligencia Emocional y vería qué pasa. SI no pasa nada, cosa altamente improbable, nos habremos divertido y pasado un buen rato. Si logramos en un curso de estos, al menos, aceptar que todo se puede hacer mejor y que es nuestro deber lograr hacer cada día las cosas que hacemos mejor, habremos incrementado nuestra Inteligencia Emocional.

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