¿El éxito es suerte o trabajo duro? Desentrañando el papel de la fortuna en nuestros logros

 ¿Están relacionados el éxito y la suerte? Y si sí lo están, ¿cuánto? A estas y otras importantes preguntas damos respuesta en este post.

En un mundo competitivo, pequeñas ventajas pueden marcar una gran diferencia. Muchas veces subestimamos el papel que juega la suerte en nuestro éxito, atribuyendo nuestros logros principalmente a nuestro talento y esfuerzo. Sin embargo, la realidad es más compleja. En este artículo, exploraremos cómo la suerte y el trabajo duro se entrelazan para determinar nuestro éxito, y por qué reconocer nuestras circunstancias afortunadas es crucial tanto para nosotros como para la sociedad.

El sesgo egocéntrico y nuestra percepción del éxito

Todos tenemos una tendencia natural a sobrestimar nuestras propias contribuciones y subestimar las de los demás. Este fenómeno, conocido como sesgo egocéntrico, afecta nuestra percepción de cómo alcanzamos el éxito.

Un ejemplo claro de esto se vio durante el confinamiento por COVID-19. Un titular viral reveló que casi la mitad de los hombres decían hacer la mayor parte de la educación en casa, mientras que solo el 3% de las mujeres estaban de acuerdo. Este desajuste en la percepción no se limita al ámbito doméstico.

En el mundo académico, cuando se pide a los autores de artículos con múltiples colaboradores que estimen su contribución, la suma total suele superar el 140%. Lo mismo ocurre cuando las parejas evalúan su participación en las tareas del hogar o incluso en las discusiones.

Este sesgo nos lleva a subestimar la influencia de factores externos en nuestras vidas, especialmente el papel que juega la suerte en nuestro éxito.

La suerte oculta: El caso de los jugadores de hockey

Un ejemplo fascinante de cómo la suerte influye en el éxito sin que nos demos cuenta es el de los jugadores profesionales de hockey. Si preguntamos a un jugador de la NHL cómo llegó a la liga, probablemente mencionará su arduo trabajo, determinación, buenos entrenadores y el apoyo de sus padres. Sin embargo, es poco probable que reconozca la suerte de haber nacido en enero.

Sorprendentemente, en muchos años, el 40% de los jugadores seleccionados para las ligas de élite nacieron en el primer trimestre del año, comparado con solo el 10% en el último trimestre. Nacer a principios de año puede hacer que sea hasta cuatro veces más probable convertirse en jugador profesional de hockey.

Gráfico mostrando la distribución de fechas de nacimiento de jugadores de hockey profesionales

La razón de esta disparidad es que la fecha de corte para las ligas infantiles de hockey es el 1 de enero. Los niños nacidos a principios de año son un poco mayores y, por lo tanto, en promedio más grandes y rápidos que sus compañeros nacidos a finales de año. Esta pequeña ventaja inicial se amplifica con el tiempo, ya que estos niños reciben más tiempo en la pista, participan en más torneos y reciben mejor entrenamiento, lo que mejora sus habilidades año tras año.

Este ejemplo ilustra cómo circunstancias fortuitas, como la fecha de nacimiento, pueden tener un impacto significativo en nuestras oportunidades de éxito, aunque rara vez seamos conscientes de ello.

La lotería del lugar de nacimiento

Probablemente el factor de suerte más significativo que muchos disfrutamos es haber nacido en un país próspero. Aproximadamente la mitad de la variación en los ingresos recibidos por las personas en todo el mundo se explica por su país de residencia y la distribución de ingresos de ese país.

Explora cómo la suerte y el trabajo duro se combinan para determinar el éxito y por qué es vital reconocer nuestras ventajas afortunadas.

Por ejemplo, si hubieras nacido en Burundi, que tiene el ingreso nacional bruto per cápita más bajo del mundo (solo 730 dólares al año), no importaría cuán inteligente o trabajador fueras; es poco probable que ganes mucho como adulto. Esta realidad subraya cómo nuestras circunstancias de nacimiento, sobre las cuales no tenemos control, pueden determinar en gran medida nuestras oportunidades de éxito.

La interacción entre habilidad y suerte

Muchas personas se ofenden cuando se señala el gran papel que juega el azar en su éxito. Es comprensible: si somos simplemente producto de nuestras circunstancias, parece que nuestro trabajo duro y talento no cuentan para nada. Sin embargo, la verdad es que necesitamos tanto habilidad como suerte para tener éxito.

Consideremos los récords mundiales de atletismo. Todos los atletas que lograron estos récords son indudablemente de clase mundial, extremadamente dedicados y talentosos. Sin embargo, cuando alcanzaron sus récords mundiales, siete de cada ocho tuvieron viento a favor. Estos atletas tenían la capacidad de ganar una medalla de oro, pero para establecer el récord mundial también necesitaron un poco de suerte.

La importancia creciente de la suerte en la competencia feroz

La importancia de la suerte aumenta cuanto mayor es el número de candidatos que compiten por unos pocos espacios. Un ejemplo claro de esto es la selección de astronautas de la NASA.

En 2017, de más de 18,300 solicitantes, solo 11 fueron seleccionados y se graduaron del programa de entrenamiento de astronautas. Para entender mejor este proceso, podemos crear un modelo simplificado de selección.

Supongamos que los astronautas son seleccionados principalmente en base a su habilidad, experiencia y trabajo duro (95%), pero también un 5% como resultado de la suerte o circunstancias afortunadas. En una simulación de este proceso, se encontró que los astronautas seleccionados eran muy afortunados, con una puntuación de suerte promedio de 94.7 sobre 100.

Gráfico mostrando los resultados de la simulación de selección de astronautas

Lo más sorprendente es que, en promedio, solo 1.6 de los 11 astronautas seleccionados habrían estado en el top 11 basándose únicamente en la habilidad. Esto significa que, incluso con la suerte representando solo el 5% del resultado, 9 o 10 de los 11 seleccionados habrían sido diferentes si la suerte no jugara ningún papel.

Esta simulación demuestra que cuando la competencia es feroz, ser talentoso y trabajador es importante, pero no es suficiente para garantizar el éxito. También se necesita tener un golpe de suerte.

La utilidad de la «ilusión de control»

Curiosamente, minimizar la importancia de los eventos fortuitos puede en realidad mejorar nuestra probabilidad de éxito. Esto se debe a que si percibimos un resultado como incierto, es menos probable que invirtamos esfuerzo en él, lo que a su vez disminuye nuestras posibilidades de éxito.

Por lo tanto, creer que estamos en control total de nuestro destino puede ser una ilusión útil. Como ejemplo personal, el autor menciona que si hubiera sabido lo difícil que sería tener éxito en YouTube cuando comenzó, podría haberse rendido antes. Esta «ilusión de control» puede motivarnos a perseverar frente a las dificultades.

El peligro de ignorar la suerte en el éxito

Aunque creer en nuestro control total puede ser motivador, ignorar el papel de la suerte en nuestro éxito tiene consecuencias negativas, especialmente para quienes alcanzan posiciones de poder y riqueza.

Un experimento ilustrativo involucró a participantes en grupos de tres, discutiendo un problema moral complejo. Un miembro de cada grupo fue designado al azar como líder. Cuando el experimentador trajo cuatro galletas para cada equipo, invariablemente la galleta extra fue para el líder, a pesar de que no tenía aptitudes especiales ni responsabilidades adicionales, y había obtenido su posición por puro azar.

Este fenómeno se extiende a situaciones reales. El autor menciona haber observado consistentemente el peor comportamiento entre los pasajeros privilegiados cuando ha sido ascendido a clase ejecutiva en vuelos. La investigación respalda esta observación: en otro experimento, las personas a quienes se les pidió que enumeraran sus cualidades personales que llevaron a un evento positivo contribuyeron un 25% menos a la caridad que aquellos a quienes se les pidió que enumeraran factores externos.

Implicaciones para líderes y políticos

Estas observaciones tienen implicaciones significativas para las personas en posiciones de poder, como líderes empresariales y políticos. Aunque indudablemente la mayoría de ellos son talentosos y trabajadores, también han sido más afortunados que la mayoría. Sin embargo, como la mayoría de nosotros, no se dan cuenta de cuán afortunados han sido, lo que les da una visión distorsionada de la realidad.

Estos líderes viven en una especie de sesgo de supervivencia. Han trabajado duro y finalmente han tenido éxito, por lo que para ellos el mundo parece justo y recompensa el trabajo duro. Pero lo que no tienen es la experiencia de todas las personas que han trabajado duro y han fracasado.

Esta perspectiva los hace menos propensos a ser generosos y a retribuir, y son ellos quienes establecen las reglas de funcionamiento de la sociedad. Esto es particularmente desafortunado, ya que una de las principales formas en que muchos de nosotros tenemos suerte es en nuestro país de residencia.

La importancia de reconocer nuestra buena fortuna

Reconocer nuestras circunstancias afortunadas no solo nos acerca más a la realidad, sino que también nos hace más agradables. Un estudio mostró que las personas juzgaban más amablemente a un empresario que atribuía parte de su éxito a la suerte, en comparación con uno que se atribuía todo el mérito.

Además, ser conscientes de los eventos afortunados puede hacernos más felices al permitirnos sentir gratitud. El autor comparte ejemplos personales de cómo la suerte influyó en su carrera en YouTube y en su vida personal, incluyendo cómo conoció a su esposa.

Conclusión: Un enfoque paradójico para el éxito

En conclusión, nuestras circunstancias y psicología conspiran para hacernos ignorar nuestra propia suerte. Esto lleva a las personas exitosas a ver el mundo como justo y a aquellos menos exitosos como menos talentosos o trabajadores, incluso antes de considerar cualquier discriminación o prejuicio.

Para tener éxito en un mundo así, el mejor consejo es paradójico:

  1. Debes creer que estás en completo control de tu destino y que tu éxito depende únicamente de tu talento y trabajo duro.
  2. Debes saber que eso no es cierto ni para ti ni para nadie más.

Si logras el éxito, recuerda que la suerte jugó un papel significativo y, dada tu buena fortuna, deberías hacer lo que puedas para aumentar la suerte de los demás. Este enfoque equilibrado nos permite mantener la motivación necesaria para perseguir nuestros objetivos, mientras desarrollamos la empatía y la generosidad necesarias para construir una sociedad más justa y equitativa.

Imagen del kit Snatoms, un modelo molecular magnético

Este post se inspiró en el libro «Éxito y suerte: buena fortuna y el mito de la meritocracia», de Robert H. Frank, y presenta ejemplos del mismo.

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