Las malas noticias y la Inteligencia Emocional

Motivación a través de la Inteligencia Emocional

Muchacho, cuando las noticias son tan malas que nadie puede hacer nada por evitarlas, tienes que arreglártelas solo»

Norman Mailer, Los tipos duros no bailan

Tenemos mucho tiempo, como humanidad, recibiendo malas, muy malas, noticias. Todo parecía ir bien, o al menos normal, en el mundo hasta que en el año 2019 se nos comunicó la existencia de un virus mortal que amenazaba la existencia de la humanidad. Y digo que se nos comunicó porque, que yo sepa, hasta hoy pocas personas han visto el virus.

Al virus le siguió malas noticias en el mundo de la economía, por supuesto como una consecuencia del virus. A la existencia del virus le llamaron «epidemia» y al asunto de los problemas económicos le llamaron como siempre, crisis económica, para no crear nuevos términos de difícil encaje social.

Como humanidad experimentamos en primera persona lo que era vivir en una sociedad de libertades limitadas por los gobiernos, incluso a niveles demenciales, de manera justificada y sin que pudiéramos llamar a estos gobiernos dictaduras. Estas restricciones de libertades y obligaciones impuestas eran, ante nuestro evidentemente impactado intelecto, llevadas a la práctica en nuestro beneficio.

No pongo en duda que así haya sido, solo menciono que fue, y todavía es, una situación deprimente. Aislamiento social, rostros tapados permanentemente, vacunaciones obligatorias de sustancias extrañas, teorías conspiratorias como si fueran rosquillas y, desafortunadamente, muertes.

Luego nos venimos enterando de que un grupo de iluminados pretendía de manera abierta iniciar un obscuro periodo para la humanidad que denominaron El Gran Apagón, también de nuevo con la intención de hacernos a todos los humanos inmensamente felices. Y entiendo que siguen en ello con toda su intención, y es mucha.

A todo esto se junta la panda de políticos más ineptos, algunos con sicopatías probadas, de que haya hecho gala la humanidad. Y no solamente en países con dictaduras cantadas, no. De manera democrática, y seguramente debido a un proceso de ineptitud ciudadana generalizada, hemos encumbrado a posiciones de mucho poder a las peores personas posibles. Tan peores que muchos de ellos de manera abierta y cínica se refirieron a la «pandemia» como una gran oportunidad, incluso como algo que «les vino como anillo al dedo». Sobre todo para que la opinión pública estuviese hipnotizada con su supervivencia y dejase de prestar atención a las vilezas e ineptitudes de estos políticos.

Y cuando llega, finalmente, la tan ansiada recuperación… Una guerra de esas, si es que hay alguna que pueda ser lo contrario, que son totalmente irracionales y basadas en ideas arcaicas nacionalistas de la edad de piedra. Cohetes, disparos, bombas, armas nucleares, prácticamente de un día para otro y aparentemente de la nada.

Tal vez nuestra falta de conocimiento de geopolítica y nuestra ignorancia nos impidan entender las razones de este conflicto bélico, pero eso no le quita el halo de mala noticia.

Y tampoco nuestra robada inocencia nos elimina el compulsivo sentimiento, presente en todo momento, de que no hay nada que podamos hacer. Y, sin embargo, hay mucho que podemos hacer y no me refiero a meternos en una ONG o alistarnos a la guerra en Ukrania.

motivación con inteligencia emocional

Podemos trabajar en nosotros mismos, nuestra mayor responsabilidad, y utilizar nuestra Inteligencia Emocional. O entrenarla, si es que todavía podemos crecer en esta aptitud personal y social llamada Inteligencia Emocional.

Podemos trabajar en nosotros mismos, nuestra mayor responsabilidad, y utilizar nuestra Inteligencia Emocional. O entrenarla, si es que todavía podemos crecer en esta aptitud personal y social llamada Inteligencia Emocional.

Presentada en sociedad en 1995 a través del libro del mismo nombre por el Dr. Daniel Goleman, la Inteligencia Emocional ha gozado desde entonces de enorme reconocimiento por su aplicabilidad al desarrollo humano y a logro de metas valiosas.

Aunque no todos los países del mundo le dan la misma importancia, el uso de esta competencia alcanza ampliamente los campos de la selección y contratación de ejecutivos, el desarrollo del liderazgo, las aptitudes de negociación, la integración de equipos de trabajo eficaces en las organizaciones y, de manera más general, el logro de unas experiencias de vida personales y profesionales mucho más plenas y placenteras.

Al estudiar a las personas de éxito social y personal, los psicólogos encontraron que más que un gran intelecto, lo que estas personas plenas poseían era una serie de características emocionales que les permitía enfrentarse a los desafíos de la vida con éxito y salir airosos emocional y materialmente.

Aunque existen varias interpretaciones la más extendida es la que define cinco áreas de competencias emocionales, tres personales y dos sociales. Analicemos cada una de las cinco competencias y veamos qué aptitud de cada una de estas competencias nos puede ayudar a seguir siendo seres humanos que saben darle sentido a sus vidas en las circunstancias más adversas.

  1. Auto conocimiento. Saber que estamos siendo afectados por las malas noticias, por ejemplo, nos sirve de punto de partida para emprender acciones que eliminen o disminuyan esta afectación. Negar el impacto que las malas noticias tienen en nosotros es no conocernos en absoluto. Del Auto Conocimiento, lo que más puede ayudarnos en confiar en nuestro instinto, sobre todo en el instinto humano, que sabe que siempre encontraremos el camino al bienestar y la paz.
  2. Auto Regulación. Saber cambiar nuestras emociones y adaptarlas a lo que nos corresponde hacer como consecuencia de estar vivos todavía, es una aptitud valiosísima. De la Auto Regulación nos puede Interesar aprender a Controlar el primer impulso perjudicial, que ante las malas noticias puede ser empezar a sentir que ya no vale la pena hacer nada y deprimirse.
  3. Auto Motivación. Esta aptitud representa las competencias que demostramos a la hora de superar reveses y dificultades al intentar conseguir nuestras metas. Un componente de la Auto Motivación muy importante es el Optimismo, la idea de pensar que las cosas malas tienen siempre manera de arreglarse. El Optimismo no dice que la vida sea fácil, solo que se pueden resolver todos los problemas que se nos presenten. El que no sepamos la solución a algo no quiere decir que dicha solución no existe y que no esté en nuestras manos aplicarla.
  4. Empatía. Más que nunca, las malas noticias nos deben de invitar a ser empáticos con los que lo están pasando mal, entender cómo se sienten. Y como Marianne Williamson nos da a entender en el pasaje de su libro Lágrimas de Triunfo llamado Nuestro miedo más profundo: «nuestro miedo más profundo no es fallar, es a brillar con toda nuestra luz por miedo a hacer sentir mal a los demás». Cuando nosotros logramos plenitud y brillar como las estrellas estamos enseñando un camino a las personas que lo están pasando mal.
  5. Habilidades Sociales. Son las aptitudes que nos ayudan a interactuar con las demás personas y lograr relaciones personales productivas y sanas. De todas las aptitudes que componen las Habilidades Sociales, la que más puede ayudarnos ahora es la saber Influir en las emociones de los demás. Si podemos influir en que las personas que nos rodean aprendan a sentirse bien para salir adelante en estos momentos de malas noticias, habremos logrado expandir en el mundo emociones positivas, que sin duda nos ayudarán a superar todos nuestros retos como humanidad.

Sí, parece que cuando las noticias son malas, lo mejor que podemos hacer es contar con nosotros mismos y arreglárnoslas nosotros solos. Y con algo de Inteligencia Emocional, podremos reaccionar ante las malas noticias con fortaleza y optimismo. Los ingredientes de la Paz.

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