El Ego, la suerte y la Ley de la Atracción

La Ley de la Atracción ha atraído tanto emociones intensas como toda clase de epítetos negativos y tremendamente críticos. Analicemos las implicaciones de usar este concepto y no salir herido en el intento.

Decía James Cox, político estadounidense de 1920, que la suerte es cuando se encuentran la oportunidad y la preparación. Es decir, por muy preparado que estés, sin una oportunidad no lo lograrás.

De la misma forma, una oportunidad sin la preparación adecuada es como la historia del viajero que buscaba la sabiduría y tuvo, después de muchos años, la oportunidad de entrevistarse con el gurú mundial.

Resultó que este gurú mundial era una mujer bellísima, ante cuyos encantos el viajero quedó embrujado. Los custodios de la bella gurú le habían prevenido que solo podría hacer una y solo una pregunta, por lo que debía prepararla muy bien.

Después de una larga espera, finalmente tuvo la oportunidad de estar en frente de la sabia sacerdotisa. Todavía prendado de su belleza y ante su presencia, solo pudo articular las palabras siguientes:

«¿Está usted casada?»

Lei esta historia hace muchos años del gran Anthony de Melo, el sacerdote jesuita que creía en la superación personal. Y no puedo evitar asociarla con la Ley de la Atracción.

Pertenezco a muchos grupos relacionados con tan famosa ley y me asombra ver la ingenuidad de muchos otros creyentes que piensan que con tan solo un decreto o frase afirmativa esperan que se cumplan sus anhelados deseos.

En la realidad parece que esto no es así de simple o sencillo, lo que lleva inevitablemente al desencanto o a la frustración. No hablemos de creencias, que ciertamente son muy poderosas, sino de experiencias.

Parece ser que todas las personas, y cuando digo todas quiero decir todas, que han tenido éxito en sus vidas han contado con algo de fortuna. Digamos que han tenido esa, llamada por Cox, oportunidad.

Se les ha aparecido la persona correcta en el momento correcto en la situación correcta. O algo similar. Silvester Stallone, el famoso Rocky o Rambo, no podría haber escogido mejor momento para lanzar sus dos películas que cuando lo hizo. En la primera, Mohamed Ali y Tyson se encargaron de hacerle un público adicto a las peleas de boxeo y para la segunda, Rambo, el régimen norcoreano estaba de moda.

¿Suerte o preparación? ¿Es la Ley de la Atracción?

Un amigo mío que fracasó notoriamente en cuanta aventura empresarial había iniciado se encontró repentinamente con la herencia de sus suegros, misma que le permitió iniciar con cierta solvencia económica otra empresa que se convirtió en su sustento hasta la fecha.

Es verdad que tenía tiempo intentándolo, pero solo funcionó hasta que sus suegros murieron, lo que fue un evento afortunado para su negocio y desafortunado para su mujer. Él mismo me comentó que, de no ser por la herencia no habría podido salir adelante.

Pareciera ser que el deseo o la ambición juegan un papel definitivo en el proceso de triunfar, sin embargo, conozco personas nada ambiciosas que se desempeñan maravillosamente en el mundo del dinero. De hecho, conozco un par de millonarios que me han dicho personalmente que jamás imaginaron que llegarían a tener tanto dinero.

Resulta difícil conjugar cosas como la Ley de la Atracción y la suerte, pero la vida nos enseña que trabajan en conjunto. Y aquí es donde entra el Ego.

El Ego es una proyección de nuestro ser esencial en forma de identidad temporal, con la pequeña salvedad de que ni el mismo Ego sabe que es temporal. Este Ego se construye sobre un pasado y se proyecta sobre un pretendido futuro.

Si yo te digo que te ha ido bien en el pasado y que te irá bien en el futuro y tú te lo crees, lo lamento porque te estoy mintiendo dado que ni el pasado ni el futuro existen. O te va bien ahora o nunca sabrás lo que «irte bien» significa.

La única y mejor oportunidad de tu vida es la que tienes aquí y ahora. Ama lo que estás viviendo en este momento porque es tu ahora, un ahora que no puedes cambiar. El Ego buscará por todos los medios darte a entender que tu ahora no es bueno, pero es el único ahora que tienes, así que aprovéchalo hasta la última gota.

Aquí y ahora es donde están las oportunidades y es donde funciona la Ley de la Atracción. Y aquí y ahora es justo donde el Ego se va a freír espárragos, una expresión española que, reconozco, tiene alternativas lingüísticas muy superiores en otros países pero que por razones de decoro no mencionaré ni aquí ni ahora.

En resumen, deja de usar la Ley de la Atracción para atraer a futuro porque lo único que vas a experimentar en los ahora será seguir atrayendo a futuro, un lugar en el que nunca vas a estar.

Ese es el verdadero significado de «sentirse bien». Y solo se da aquí y ahora.

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