El Bitcoin y la Inteligencia Emocional

Lo que la Programación Neurolingüística y la Inteligencia Emocional nos pueden enseñar acerca de cómo ganar dinero con Bitcoins, una muestra de habilidad emocional.

¿Es necesario tener alguna habilidad emocional para invertir? Yo creo que sí. Y lo acabo de comprobar.

Dibujo a lápiz de Don Quijote

“Yo me he hecho rico gracias a los dos grandes enemigos de la fortuna: el miedo y la avaricia. Cuando las personas tienen miedo, venden, y yo compro. Cuando las personas tienen avaricia y creen que se pueden hacer ricos de un día para otro, compran, y yo vendo».

Warren Buffet.

Casi todo el mundo ha oído hablar de la nueva moneda virtual Bitcoin. Fue la primera de su clase, allá por el lejano año 2008, y gracias a su éxito, hoy existen decenas de otras monedas virtuales, cada una tan incomprensible como la primera, el Bitcoin. Y aunque casi todos hemos oído su nombre, por la experiencia de compartirlo que tengo, asumo que casi nadie entiende qué es.

Lo que sí entiende la mayoría de las personas es que existe, es virtualmente real, y que ha subido frenéticamente de valor en los últimos años. Claro está que, en esos mismos años, el valor del Bitcoin es más parecido a una montaña rusa que a ninguna otra cosa.

Al lado de subidas vertiginosas, los atrevidos inversores han podido experimentar descensos dignos de la fosa de las Marianas, igual de vertiginosos que sus subidas de precio. Si no cuentas con una habilidad emocional máxima, estás condenado a la depresión.

Este comportamiento tan impredecible hace que, hasta el mismo Fibonacci, el de la progresión más famosa del mundo de las matemáticas, haya sido invocado con tal de anticipar los caprichosos movimientos de esta criptomoneda. No es broma, he leído informes que, basados en las matemáticas de este sabio ya difunto, predicen subidas y bajadas en el valor del activo digital.

Y es este comportamiento que provoca que alguien se pueda hacer millonario de la noche a la mañana, o mucho más pobre de lo que ya era antes de invertir, lo que hace que la Inteligencia Emocional esté tan relacionada con la moneda mencionada. Si quieres invertir en Bitcoins, es importante saber cuándo entrar al mercado y cuándo salir, lo que es prácticamente imposible para un inversor promedio. Te tienes que dejar llevar de tu intuición, vamos, la que normalmente tenemos algo atrofiada la mayoría de los humanos.

Obviamente no me refiero a los grandes inversores que tienen varios años en esto o que su profesión es exactamente esa, invertir. Me refiero a los muchos pequeños inversionistas que, al fin y al cabo, hacen que los grandes ganen dinero.

Son esos pequeños inversionistas los que van a necesitar grandes dosis de Inteligencia Emocional si quieren, ya no cambiar sus vidas, ganar algo de dinero. A lo largo de mi estudio de inversores he descubierto una serie de consejos que estos gurús de la inversión en Bitcoins comparten desinteresadamente y cómo es que la Inteligencia Emocional les puede ayudar a lograr algo de beneficios.

Consejo 1: Solo invierte la cantidad que estás dispuesto a perder. Este consejo es muy interesante porque reduce el número de inversores a casi nadie. Perder dinero es algo que ninguno de los mortales queremos experimentar. Se nos pierde un billete de 20€ y esa noche tendremos problemas para conciliar el sueño.

Ahora bien, si te atreves a invertir, vas a necesitar mucho autoconocimiento, primera característica de la Inteligencia Emocional, porque debes de saber con precisión qué estás dispuesto a perder sin perder el sueño ni el ánimo por vivir, si así sucede. La falta de autoconocimiento hace que las personas digan que sí están preparados para perder cierta cantidad de dinero para la que realmente no están. Cuando ya estés dentro, cuando ya hayas invertido, las ansias por no perder te van a llevar a quedarte con los valores adquiridos por si en el futuro subiesen. Para cuando quieras vender ya será muy tarde.

Consejo 2: plantéate una cantidad a ganar y cuando la alcances, vende. El valor del Bitcoin está subiendo y ya tienes una ganancia buena, tal vez sea el momento de cambiarlo a tu moneda y recuperar. Pero ¿y si sube más y gano todavía más? ¿Has escuchado la expresión “la avaricia rompe el saco”? Pues bien, las estadísticas demuestran que la mayoría de los inversores que se esperan a vender para ganar más de lo planeado terminan ganando menos de lo planeado o perdiendo inclusive. Si estudias Inteligencia Emocional sabrás que en este ejemplo, el fallo es en falta de autoconfianza, de nuevo la primera característica de la Inteligencia Emocional. Ganar más o menos no te cambia ni transforma la vida. Lo que la cambia y transforma eres, y serás siempre, tú.

Consejo 3: no inviertas en Bitcoins como si fuera una acción o una manera de ganar dinero fácil (y perderlo también), hazlo porque crees en el concepto o idea de las monedas descentralizadas sin un tercero de confianza (institución bancaria) de intermediario. Warren Buffet no invierte en Bitcoins, pero cuidado, no porque sea mala inversión. Warren mismo ha dicho que el no invertirá jamás en nada que no entienda cómo funciona. Personalmente, creo que el mismo Nakamoto, pseudónimo del creador de la moneda, no tenía idea de lo que estaba creando.

Y, si la tenía, no fue muy capaz de transmitirla convenientemente. Si lees los “White papers”, documentos de anuncio oficiales de creación de la moneda escritos supuestamente por Nakamoto, difícilmente alguien común y mortal puede entender algo de lo escrito. Es más fácil, en mi opinión, entender las implicaciones del experimento del gato de Shroedinguer que los escritos del iluminado Nakamoto.

Pero si sí inviertes, aun sin comprenderlo en absoluto, hazlo basado en tu intuición. Puede que pierdas dinero, pero tu intuición saldrá fortalecida y la excusa por haber perdido dinero es muy fácil de usar cuando se trata de Bitcoins. La aptitud emocional que debes de entrenar para salir triunfante en este sentido es la Automotivación. Cuando el dinero es el que te motiva, se trata de algo externo, y no es automotivación por lo mismo. Busca algo dentro de ti que te lleve a invertir en Bitcoins y, si pierdes, considéralo el coste de un curso de inversión en criptomonedas.

Consejo 4: Cuando ya hayas perdido casi todo, no vendas jamás para recuperar, aunque sea, algo. Lo que sube baja, y lo que baja sube. Suena un poco simple, pero es la famosa, al menos para los que hemos leído a Edgar Allan Poe, Ley del Péndulo. Se requiere altas dosis de autorregulación para bajar ver el valor de tus Bitcoins y no vender antes de perderlo todo. Si te autorregulas, segunda característica de la Inteligencia Emocional, y te aguantas, eventualmente subirá y recuperarás todo lo perdido y aun encima ganarás. Tendrás miedo, mucho miedo, pero seguirás con tu inversión a pesar de ello.

Consejo 5: Si pierdes, cosa que es altamente probable cuando se trata de Bitcoins, vuelve a invertir. Tómalo como un aprendizaje más que como un fracaso. Invertir es una profesión. Aunque nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar con el Bitcoin a corto, mediano o largo plazo, los profesionales tienen mejores intuiciones y, por lo tanto, toman mejores decisiones de cuando entrar o cuándo salir del mercado, y, con todo, pierden enormes cantidades de dinero de vez en cuando.

Cuando inviertes mandas varios mensajes al mundo, al Universo y a ti mismo. Les dices que crees que el dinero vendrá a tu vida sin importar cómo, les dices que el aprendizaje es más importante que el dinero (solo recuerda la parábola de los tesoros de Jesús donde dice que no hagamos tesoros en la tierra), porque el aprendizaje te lo llevas a la tumba contigo mientras que el dinero se queda en la tierra, les dices que no importa lo que hayas perdido hoy, lo puedes volver a rehacer o recuperar y con creces cuando lo desees.

Y todos estos mensajes son una prueba de que tienes un gran autoconocimiento, que sabes autorregularte adecuadamente y que cuando necesitas impulsarte a lograr cosas grandes en tu vida, la automotivación sale de dentro de ti y no de cualquier sustancia extraña.

La frase de Buffet acerca de las dos más grandes debilidades humanas, la avaricia y el miedo, se puede fácilmente cambiar por “Yo me he hecho rico gracias a la falta de Inteligencia Emocional de las personas”.

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