Cómo ser feliz con lo que tienes mientras buscas lo que quieres.

La persona más feliz que conozco no es exactamente una persona de carne y hueso. Es una estatua de Buda que compré hace años y que ya, desafortunadamente, no conservo, y que, sentado en posición de loto, con tremendo barrigón al aire y una notoria y total calva en su cabeza (totalmente ajeno al ego), no dejó ni por un instante de sonreír. Al menos, mientras estuvo en mi poder.

El hombre más feliz
El hombre más feliz

Todavía recuerdo la eterna y resplandeciente sonrisa. Perfecta, inmutable, sincera, escandalosa. Era una sonrisa de felicidad.

Conozco personas que se dicen felices y seguramente lo son, pero ninguna sonríe como este buda.

Nuestro problema es que le hemos puesto condiciones a la felicidad y la felicidad no las tiene. La hemos, en muchos casos, asociado a tener cosas. Y en cuanto oímos la famosa frase “el dinero no da la felicidad” automáticamente muchas personas dejan de perseguir la prosperidad económica, como si tener fuera pecaminoso.

Es muy sencillo. Date cuenta de todas las condiciones que le has puesto a la felicidad y rómpelas. Cada vez que sientas que algo te hará feliz (peor todavía, que lo expreses con esas palabras), date cuenta que es mentira. De la misma forma que el no tenerlo no te hará infeliz.

Cada vez que pienses o decidas que alcanzar una posición nueva en el trabajo te hará feliz, date cuenta de que es mentira. Te dará más dinero, más estatus, más poder terrenal, pero no más felicidad.

Y contestando el título de este artículo que está formulado como pregunta, la respuesta es que necesitas quitarle las condiciones a la felicidad de obra, palabra y pensamiento, e inducir la felicidad ahora mismo, simplemente porque quieres. Y muy importante, sin renunciar a lo que deseas, porque ese tampoco es el camino de la felicidad.

Técnicas de felicidad

Usa tu fisiología (posturas corporales) o tus representaciones internas (aprende PNL), pero deja de posponer la felicidad a que pase o tengas algo. Elige otro sentimiento, por ejemplo, alegría, satisfacción, logro, pero no juegues con la felicidad. Aprende a estar presente en el aquí y en el ahora, porque no hacerlo es el mayor obstáculo para sentir felicidad.

¿Se puede ser feliz en el dolor? No solo se puede, se debe. Verás, ahora estoy lejos de mi esposa y eso me duele. Pero si no consigo ser feliz en la distancia, cuando la vea le estaré comunicando todas mis malas emociones. Y, como la amo y quiero lo mejor para ella, seré feliz en el dolor y, cuando la vea de nuevo, solo le transmitiré felicidad. Haremos del momento del reencuentro un momento pleno y feliz. Habremos rendido tributo al único momento real de nuestras existencias, el ahora, y lo habremos hecho en el único lugar real de nuestras vidas, aquí.

Y poco a poco, harás de la felicidad un hábito y dejará de ser una respuesta condicionada. Si este artículo no te agradó, recuerda que no es excusa para no ser feliz. Ahora. Aquí.

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