El poder del pensamiento positivo

Lei un libro de este título, El Poder del Pensamiento Positivo, por primera vez en 1982. Su autor, Norman Vincent Peale, un pastor protestante famoso en Estados Unidos por ser el precursor de esta especie de filosofía personal de autoayuda, había vendido del libro varios cientos de miles de ejemplares.

Al leerlo, comprendí el porqué de su éxito y distribución mundial y que hasta la fecha sea un libro fácil de encontrar en las librerías modernas. Presentaba una visión positiva ante la vida pero, muy al contrario de otras visiones aparentemente similares, con un nivel extraordinario de pragmatismo.

No se trataba de ser positivo como una forma de resignación ante los avatares de la vida sino como una forma de dominio de nuestra existencia. Como una forma práctica

de revertir los malos tragos y convertirlos en vinos de autor, de tomar limones y de convertirlos en limonada. Lo que hoy en día se conoce como alta Inteligencia Emocional.

Power of positive thinking

Norman Vincent Peale

Uno no es positivo porque sea un santo, es positivo porque te conviene. Y psicológicamente hablando, esto es de lo más correcto que se puede uno imaginar. El positivismo es una forma de pensamiento que libera mucho mejor que ninguna otra tus recursos internos, los que necesitas para superar las pruebas de la vida con un aprobado al menos.

EL positivismo llena nuestro cerebro de una serie de neurotransmisores que permiten un funcionamiento más eficaz y eficiente de todo nuestro ser, lo que nos permite resolver con cierta elegancia y efectividad los problemas a los que nos enfrentamos cotidianamente.

He regalado este libro a muchas personas a lo largo de mi vida y en una de estas ocasiones, con motivo de un cumpleaños, la persona que lo recibió se mostró bastante molesta por el regalo, casi ofendida. Desconozco hasta este momento la razón de semejante reacción negativa pero imagino que se habrá sentido ofendida porque interpretaría que mi regalo tendría que ver con que yo percibía a esa persona como alguien negativo.

Pero, ¿de dónde podría yo pensar que alguien que rechaza un libro con semejante título es una persona negativa? No tengo ni idea. Ni alucinando, vamos.

Sin pretender mejorar el famoso libro de Norman Vincent Peale, yo también tengo mi interpretación de por qué el ser positivo es beneficioso para el ser humano.

Las 3,5 razones beneficiosas para pensar positivamente.

En primer lugar, dado que una estrategia de supervivencia común en los humanos es prepararnos mentalmente para lo peor, tenemos que aceptar que pensar negativamente es muy fácil y no requiere de gran imaginación. Así que ser capaces de pensar positivamente es una muestra inequívoca de dominio personal y, como menciona Tony Robbins en su libro Poder sin límites, una disciplina ganada en un campo del ser tiene recompensas en muchos otros campos.

La segunda razón ya la hemos mencionado y es que cuando pensamos positivamente, está demostrado que liberamos una serie de neurohormonas o neurotransmisores que permiten que usemos nuestros recursos intelectuales y fisiológicos con mucha mayor eficacia y eficiencia. Al usar mejor nuestros recursos seremos capaces de tomar mejores decisiones lo que permitirá que obtengamos mejores resultados, entrando de esta forma en un círculo virtuoso que nos podría llevar a una vida extraordinaria.

Mucho cuidado con esto porque si no te interesa una vida extraordinaria, hay que evitar por todos los medios pensar positivamente. Estar conectado varias horas al día a un canal de noticias es una estrategia casi perfecta para lograr un sistemático y constante pensamiento negativo.

La tercera razón es que los estudios conducidos al respecto muestran sin error en su interpretación que de todas las cosas negativas que anticipamos, al menos el 90% jamás llega a producirse, por lo que se puede afirmar que le tenemos miedo a cosas que jamás van a pasar en un 90% de las ocasiones.

Un estudio de la Reserva Federal de Estados Unidos encontró que solo un 4% de los economistas del país había sido capaz de anticipar los indicadores más importantes cuatro años seguidos. De hecho, sólo el 13% era capaz de predecirlos un par de años, y con desviaciones. En 2001 un economista del Fondo Monetario Internacional (FMI) llamado Prakash Loungani llegó a la conclusión después de concienzudos estudios de que


«El historial de fracasos a la hora de predecir recesiones es prácticamente intachable», Prakash Loungani

Si los más avezados economistas del mundo se equivocan el 96% de las veces imagínate tú o yo en cuanto a nuestro impredecible futuro. Y dado que cuando imaginamos algo negativo a futuro lo que único que realmente hacemos es sentirnos mal desde ahora mismo, la mejor forma de disfrutar del momento presente es pensar que nos va a ir bien en el futuro. De cualquier forma es probable que no acertemos pero como lo único que tenemos es el ahora, en ese único y precioso momento nos sentiremos bien.

Y la 3,5 y última razón para pensar positivamente es que cuando pensamos en negativo nos sentimos mal y cuando nos sentimos mal compartimos ese mal sentimiento y ese pesimismo con los demás, normalmente con los más cercanos. Es injusto y cruel. Además, cuando nos portamos mal con los demás provocamos que nos deseen malas cosas o, al menos, que si nos pasan las justifiquen.

«Qué bueno que no le tocó la lotería, lo conozco y es un pesado», por ejemplo. O «es normal que lo hayan despedido, era un maleducado con todos sus compañeros». Y muchos más ejemplos, que seguro que tú no conoces.

Así que, si tú piensas como yo que una de nuestras misiones es aprender a construir nuestras existencias, a ser nosotros quienes escribamos el guión de nuestras vidas, quienes definamos nuestro destino al menos en parte (y una buena parte), entonces no te queda más remedio que empezar a pensar positivamente. Con seguridad te sentirás bien aquí y ahora, y eso es todo lo que tienes. No estoy siendo negativo, sino preciso.

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