Cómo impedir el trabajo en equipo de manera infalible

Alguien debería decirle a Cristiano Ronaldo, el astro futbolístico del Real Madrid, que él no ha ganado ni una copa de Europa. Todas las copas de Europa, las antiguas y las modernas, han sido ganadas por equipos y no por personas. Son producto de un buen trabajo en equipo.

Lo mismo pasa con cualquier competición de cualquier clase. Hasta Rafa Nadal, que jugó solo él y su alma al ganar su onceavo torneo de Roland Garros, le debe “algo” a su equipo, a sus entrenadores, asistentes, médicos fisiólogos, psicólogos (si cabe), etc.

curso de trabajo en equipo de paco senn
¡Vamooos!

No conozco a Rafa Nadal, pero de sus palabras en entrevistas se desprende que sí muestra ese agradecimiento y reconocimiento a los miembros de su equipo. De Ronaldo se puede evidenciar justo lo opuesto. Su enorme EGO le impide entender que sus goles son producto de un juego de conjunto y no de sus portentosas, que lo son, aptitudes físicas.

“No importa qué tan delgado lo cortes, siempre se puede dividir en dos”, frase anónima.

La culpa de esta visión dominante del EGO individual sobre el logro colectivo no la tiene Ronaldo solamente. Es común escuchar a los comentaristas deportivos decir cosas como que Ronaldo fue decisivo en el encuentro o que “salvó al Madrid de una derrota evidente”.

Esta búsqueda del salvador, que tiene varios miles de años de antigüedad, está también presente en el mundo de la política. Para mi es incomprensible que en muchos países las personas, al momento de votar, se hayan olvidado de ideologías y metodologías de administración de la colectividad y se concentren en las personas, como si de salvadores se tratara.

Se dice, erróneamente a mi entender, el gobierno de Sánchez o el gobierno de Rajoy, como si fueran de su propiedad, cuando lo lingüísticamente correcto sería hablar del Gobierno de España. Nosotros, el estado, somos los propietarios de estos gobiernos y nadie más.

Puedes pensar que son producto, sigamos con el ejemplo del gobierno, de la astucia, inteligencia o alta capacidad de la persona que lo configura, pero resulta altamente imposible construir ningún equipo, o gobierno para el caso, sin la Universidad que formó a los integrantes, por ejemplo. Universidad que a lo mejor es logro del gobierno pasado, o del ante pasado, qué más da.

También se podría pensar que, sin la extraordinaria educación paterna y materna, tampoco nada hubiera sido posible. ¿Y los abuelos?, ya de esos ni hablamos, que de repente se vienen quedando solos en el proceso de desarrollar valiosos seres humanos.

El punto, bromas aparte, es que no es posible definir dónde se encuentra el origen de los resultados individuales, a menos de que un comentarista de televisión deportiva se empeñe en hacernos ver que el salvador ha llegado. Decir que sin Ronaldo el equipo no ganaría es como decir que un rompecabezas no está completo porque le falta una pieza, es decir, es obvio. Pero de la misma forma que Ronaldo es importante, lo son todos y cada uno de los integrantes del equipo, incluso los que no han jugado un solo minuto.

Aunque el efecto Ronaldo es bastante irrelevante cuando se le compara con la política, lo menciono porque es fácil de entender, aunque debo reconocer que, dado que soy seguidor del Real Madrid, me fastidia terriblemente ver como su EGO desproporcionado afecta el rendimiento del equipo. Si me apuras, yo privilegiaría el resultado colectivo por encima de cualquier resultado individual, aun a costa de que Ronaldo se fuera a otro equipo, cosa que no me importa en lo más mínimo.

Lo que sí me importa es cuando en sociedad seguimos aplicando el mismo criterio de confiar en que alguien más nos va a resolver nuestros problemas personales.

Y en las empresas la situación no es diferente, con ciertos matices, claro. A diferencia de la política o el gobierno de los países, los ejecutivos de las empresas normalmente tienen que responder con sus cabezas de los malos resultados. Pensarás que en la política es igual pero solo basta darles un recorrido a los cambios ocurridos en últimas fechas en España para darse cuenta de que la calidad de la gestión no fue la que hizo caer a dos importantes políticos del gobierno actual.

Ambos políticos, a pesar de tener buenas gestiones en su haber, fueron expulsados de sus respectivas responsabilidades. No digo que esté bien ni mal que estas personas hayan sido expulsadas, solo comento que no fue por un problema de gestión en las labores encomendadas.

Regresando a las empresas, que es el tema que más me interesa, es fácil verificar que empresas sin un buen nivel de trabajo en equipo entre sus integrantes, tienen los días contados en un mundo tan competitivo y feroz como es de la actualidad.

Con todo y sabiendo lo importante que es trabajar en equipo, tampoco es difícil encontrar claros ejemplos de ausencia total de equipos de trabajo armoniosos y autodirigidos. Es decir, lo común es encontrar empresas cuyos integrantes trabajan cada quien por su cuenta, ausentes de toda sinergia.

¿Por qué es trabajo en equipo es un aspecto tan complicado de encontrar? ¿Por qué a las personas se nos dificulta tanto trabajar en un equipo, olvidando nuestros desbordados egos antes de incorporarnos a nuestros equipos de trabajo?

Una respuesta es la que ya he comentado anteriormente: una sociedad orientada a la capacidad individual y al ensalzamiento del EGO individual. Además de con los deportistas, la prensa especializada del mundo de los negocios suele hacer un énfasis enfermizo en aquellos individuos que dirigen a las grandes organizaciones y que, aparentemente, son los grandes responsables de los fantásticos resultados obtenidos.

Otra respuesta nos la da el famoso catedrático del MIT, Peter Senge, quien afirma que las conductas individuales son consecuencia de las estructuras que modelan dichas conductas. Es decir, una persona con intención de trabajar en equipo en un sistema que no lo favorece resultará inevitablemente víctima del sistema y generará la misma conducta destructiva de la colectividad que el resto de los integrantes.

Pero si cambias la estructura, los sistemas de interrelación, si favorecemos el trabajo en equipo, las personas trabajarán en equipo y generarán sinergia y nuevas y mejores soluciones creativas.

Estas son tres aspectos esenciales que deben de implantar las empresas que desean tener colaboradores que trabajan en equipo.

1. Hacer del deseo de trabajar en equipo y de saber hacerlo un aspecto imprescindible en el proceso de selección y contratación. Muchas empresas lo mencionan en estos procesos, pero en realidad siguen contratando basados en el peso de los currículos dado que no tienen ni idea de cómo medir lo anterior o, lo más común, solo se menciona para dar la impresión de que tienen valores y te has leído algún libro.
2. Establecer métodos de incentivación del personal (bonos, premios, reconocimientos) que se den únicamente al equipo, pero no a las personas. Se acabó eso del “empleado del mes”, vamos.
3. No permitir que las personas que no quieren trabajar en equipo permanezcan en la organización. Si usted detecta en un colaborador su negación a trabajar en equipo, pídale que se vaya a otro lugar, como la competencia, por ejemplo.

Existen algunas otras claves que se pueden implantar fácilmente y que permitirán desarrollar extraordinarios equipos de trabajo que le darán sin duda una enorme ventaja competitiva sobre cualquier competencia, pero con estos tres tiene para empezar.

Y sí, Ronaldo, que te lo digo yo, que todo lo que has conseguido es porque estás en un gran equipo. Recuérdalo cuando estés ingresando esas enormes cantidades de dinero en tu cuenta y únicamente en tu cuenta.

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