Buscando a Dory, o la búsqueda de empleo en el mundo moderno

Si Dory fuera equivalente a empleo, muchas personas en la actualidad estarían buscándola con ansia y desesperación. Y, como en la película, no encontrándola tan rápido como lo desean.

Y, lo peor de todo, estarían usando portales de empleo totalmente ineficaces.

Cualquiera de estos portales que dé a entender que nos facilitaría la consecución de un empleo estaría mintiendo. No lo hacen, no mienten, ciertamente, pero casi casi.

Y es que siempre me he sentido inquieto acerca de la relación de las personas con el trabajo. Necesitamos trabajar en algo para ganar dinero y comprar tanto lo que necesitamos como lo que nos apetece. Tal vez empezamos en un trabajo que no nos agrada con un jefe que no nos quiere, pero al establecer compromisos económicos más allá del tiempo presente, es decir, lo deberé por un periodo de tiempo prolongado, terminaré esclavizado literalmente a un trabajo que no me llena.

A Marx, Engels y muchas otras personas también les preocupaba la explotación del hombre por el hombre, pero la solución que encontraron simplemente representaba un cambio de amo y no la liberación.

Hoy en día la ausencia de un trabajo, aunque sea esclavizante, representa una quiebra moral, personal y económica para cualquier persona en el mundo occidental. Cuando escuchamos cifras como la española acerca de los millones de personas que no encuentran trabajo se nos ponen los pelos de punta (a mi ya no tanto y no es que me haya vuelto insensible). El punto es que la búsqueda de empleo se ha hecho un asunto prioritario y se maneja de manera ciertamente patética.

Un ejemplo. Me registro en un portal reconocido de empleo y busco un trabajo como “consultor”. Aparecen muchos empleos como resultado de la búsqueda, incluso algunos que no tienen nada que ver con mis conocimientos tales como “consultor de belleza”. Es lógico; puse consultor así que ¿qué puedo esperar?

De pronto encuentro uno que «parece» que cubro bastante bien. Lo leo, encuentro una descripción de los requisitos muy imprecisa y solamente se vuelve concreta cuando se refiere al título universitario que se busca, el cual sí está claramente especificado. Me queda claro que o no saben qué quieren en esa empresa o no saben cómo llamar a lo que quieren.

Digamos que me interesa y que solicito ese trabajo. Con más precisión, lo que hago es pedirles que me consideren como un candidato y revisen mis datos. Hago «click» en la casilla correspondiente y… ¡Oh sorpresa! Soy llevado al llenado de un pequeño cuestionario donde se me pide algo de información adicional. Si no fuera suficiente ya con haber leído una descripción de los requisitos incompleta e imprecisa, aun me falta todavía la mejor parte, preguntas estúpidas.

Desde luego, no todos los cuestionarios tienen preguntas tontas, pero en algunos he llegado a encontrar las siguientes:

«Explique brevemente cual es su experiencia en ventas». Pero si ya lo dice mi CV. ¿Para qué repetir información? ¿O es que se quieren ahorrar trabajo y no leerlo?

«¿Cuál es su disponibilidad para viajar?». Pero si en los requisitos se menciona que la persona buscada tendrá que viajar. Vamos, que si estoy solicitándolo es que puedo hacerlo y estoy dispuesto, claro.

«¿Se considera usted una persona proactiva?». No, pero a ver si no se dan cuenta. Pero vamos, ¿qué carambas esperan que conteste a esta pregunta?

«¿Cuál es su nivel de inglés?». Ya me encontré con otro que no quiere leer mi CV. Pero si no lo quieren leer, ¿para qué usé tanto tiempo en hacerlo?

«Haga usted una carta de presentación». Genial. Además de leerse el rollo de CV que envío, quieren seguir leyendo cosas mías, como una carta de presentación. ¿Qué pones en una carta de este tipo? No sé. «Soy la persona ideal para el trabajo. Ya no busquen más» o «me gusta la música disco. y pasear con mi perro» o «Juro solemnemente que entregaré mi vida a mi futuro empleador»

En fin. Y esto solo es el inicio. Lo que sigue es un agujero negro. Leo que otras trescientas personas están solicitando el mismo trabajo. Me pregunto si las personas que revisan la información leerán todos los CV que reciben. No lo creo. Y, en todo caso, cuando lleguen al 20, ¿se acordarán del primero? Porque puedo estar tomando notas pero a mi me pasa que, en ocasiones, ni mis notas escritas del día anterior entiendo.

Sin pensar más, termino el proceso y envío mi solicitud. Al día siguiente leo con estupor que fui rechazado para el trabajo y, además del sufrimiento que produce el rechazo, no tengo ni idea de porqué me rechazaron, lo que produce más sufrimiento y alucinaciones en cuanto a las razones por las que me dijeron que yo no era el bueno.

Me comentan otras personas que en algunas ocasiones jamás reciben respuesta, ni positiva ni negativa. Esto es llanamente una falta de respeto a la dignidad de la persona. También es verdad que en otras ocasiones la solicitud es presentada por personas que no cubren ni de lejos el perfil.

Y aquí no termina todo. Como yo llego a las ofertas de trabajo es a través de usar un término de búsqueda, como por ejemplo «consultor». Pero pude haber usado otro como camarero o mesero, cocinero, etc. La cosa es que los nombres de los puestos de trabajo han cambiado de la misma forma que los trabajos han cambiado. Los puestos de trabajo de hoy en día no existían hace cinco o diez años y los puestos de trabajo que habrá dentro de cinco años no los conoce nadi que no ande metido en el mundo de las drogas.

No coincide lo que se busca con lo que se ofrece. No puede coincidir. Además, si no encontré trabajo como «consultor», ¿podría encontrar trabajo para otra posición? SI es así, ¿cuál? ¿Cómo la busco? ¿Qué nombre pongo en la casilla «buscar»? No tengo ni idea. Y, sin embargo, si la búsqueda estuviera basada en «competencias» o «habilidades» y la oferta de trabajo estuviera basada en los mismos parámetros, podría encontrar otras ocupaciones que pudiera cubrir perfectamente, se llamen como se llamen.

Otros aspectos igual de importantes son los emocionales, la Inteligencia Emocional, por ejemplo. Este concepto determinará qué tan previsible es la conducta del nuevo contratado. Determina si cumplirá o no con lo que prometió. Muy importante, yo creo, y sin embargo la Inteligencia Emocional está totalmente perdida y es imposible encontrarla en prácticamente ninguna oferta de trabajo.

La mitad de las contrataciones, según un estudio norteamericano, generan algún tipo de arrepentimiento después de haberse efectuado. Parece más sencillo contratar con una moneda. Más barato y mismas posibilidades de acertar.

Esto no es, al menos para mi, un asunto banal. Creo que una buena contratación debe de generar crecimiento en la empresa que contrata y, como consecuencia de dicho crecimiento, la empresa terminará contratando a más personas. Creo que un empleo digno y en el puesto que nos llena, el 80% de las personas no trabajan en aquello que les gusta o en aquello para lo que se prepararon, es el camino más rápido a la igualdad económica. Sobre todo en un momento de nuestra historia como civilización occidental en el que la desigualdad económica alcanza niveles de vergüenza en mucho países del mundo y en el mundo en general. Sabemos que el 1% de la humanidad posee el 80% de la riqueza, mientras que el otro 99% de los seres humanos se queda con un glorioso 20%.

Pues bien, basado en todas estas consideraciones, estoy trabajando en un proyecto de índole social llamado JobMatch. Mucho más que un simple portal de empleo, esta concebido para dar solución a todos los problemas que encuentra una persona que busca trabajo. JobMatch está pensado para el que busca empleo digno y en el que pueda mostrar y hacer crecer su verdadero potencial.

El proyecto está en desarrollo y si te interesan estas cosas tanto como a mi, te invito a que le des un vistazo a la idea y me hagas los comentarios que se te ocurran. Estaremos colaborando en construir una sociedad más justa e igualitaria. La web, todavía en construcción, es www.tujobmatch.com y puedes revisar un vídeo que subimos a youtube en esta dirección: https://youtu.be/TTRJS9LLmxg.

No he visto la película de Buscando a Dory, pero puedo apostar que, tras un largo periodo de incertidumbre, al final de la peli Dory es encontrada. De la misma forma, nuestra experiencia de buscar trabajo debiera ser igual. Con algo de suspense y con un final feliz.

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