3 (y medio) ideas para alcanzar el 100% de rendimiento en la vida

Lograr el 100% de rendimiento personal en la vida. Interesante y posible.

En 1963 el señor Alexander Proudfoot fundó la empresa de consultoría en la que trabajé los primeros 9 años de mi vida profesional. Durante dichos años, tuve también la oportunidad de conocer y trabajar con otro gran gurú de la calidad, Phillip Crosby.

Tanto Proudfoot como Crosby creían firmemente en que las empresas, todas en general, desperdician una gran cantidad de recursos, la mayoría de las veces sin darse cuenta. Proudfoot pensaba que las empresas llegaban a desperdiciar al menos el 30% de sus costes de operación. Crosby llegaba, por otros caminos, al mismo número, más o menos.

En el mundo personal, según los expertos, se estima que las personas no usamos más allá del 10% de nuestro cerebro. En realidad, se puede decir que lo usamos todo, completo, cuando realizamos las tareas cotidianas, al igual que un coche que pudiendo ir a 300 kms/h se desplaza por una calle congestionada a 20, y se está moviendo el coche en su totalidad, es decir, las cuatro ruedas, los cuatro frenos, los pistones, bujías, etc.

El famoso 10% se refiere a nuestro potencial, al potencial de desarrollo y creación del cerebro humano, es decir, aun usándolo todo, lo hacemos de tal forma que obtenemos únicamente el 10% de lo que nuestro cerebro está diseñado para lograr. Piense por un momento, ¿cuántas personas conoce usted cuyos resultados personales corresponden con el 100% de utilización de su cerebro? ¿Nadie? ¿Einstein? No, él tampoco.

Pero el problema no reside en el uso que le damos a esta prodigiosa herramienta. Regresemos por un instante a las empresas y a su desperdicio. En mis más de 30 años de consultor no he encontrado una sola empresa consciente de la totalidad de sus desperdicios, hasta que yo mismo se los he tenido que poner en frente de sus narices. Y, aun viéndolos de manera evidente, muchos se niegan a reconocerlos como tal.

Proudfoot le llamaba “tiempo muerto obvio y oculto”, Crosby le denominaba “precio del incumplimiento”.

En las personas el asunto no es diferente. Muchos han escuchado la expresión del 10% de uso del cerebro (hasta menos del 10), pero pocos la entienden realmente. O, si la entienden, no saben cómo aumentar el uso de la súper herramienta.

Pero tanto la mayoría de las empresas o la mayoría de las personas no reconocen su potencial de mejora y, por lo tanto, no lo pueden recuperar. Creemos arrogantemente que ya estamos haciendo todo lo que podemos.

A parte de pastillas milagrosas que prometen hacernos usar un porcentaje superior de nuestro cerebro y ser felices, le recomiendo 3 (y medio) cambios de pensamiento que le pueden ayudar a iniciar el camino del 100%, tanto para las empresas como para las personas.

1.       Sea plenamente consciente de que no está usando el 100% de sus recursos.

Si es empresario, acepte que, aunque usted crea que ya todo está bajo control y los beneficios no pueden ser mejorados sin que cambie la economía del país, casi con seguridad está tirando por el caño al menos el 30% de sus costes. Todavía no encuentro a un solo empresario que me haya contestado la pregunta “Si todo hubiera funcionado a la perfección en su empresa y según los estándares optimizados de uso de recursos, ¿sabe usted cuánto debió haber ganado el año pasado?”. Con frecuencia me contestan que tenían un presupuesto y que lo superaron en tanto porciento y, tristemente, esa no es la respuesta a mi pregunta.

Como persona acepte también la misma idea, de que no está viviendo la vida que, según sus maravillosos recursos, le corresponde vivir.

2.       Acepte, por un instante si es todo lo que puede, que la razón por la que usted está vivo o viva es para alcanzar la plenitud, para usar todos sus recursos en su totalidad.

Es como poseer un coche fórmula 1 y no pisar jamás una pista de carreras. De la misma forma, en las empresas, la labor del máximo directivo y, por ende, de todos los demás, es lograr alcanzar el pleno potencial de la empresa, no solamente cumplir las metas o presupuestos. Y para lograrlo, primero hay que saber cuál es el pleno potencial.

3.       Crea que sí se puede mejorar muchísimo más cualquier vida o cualquier empresa.

Recuerde que cuando sienta que lo ha hecho ya todo, sepa que no lo ha hecho. No es posible hacer todo lo disponible, siempre nos quedará algo por intentar y alguien de quién aprenderlo.

(El medio). Nunca se rinda.

Al Cholo Simeone, el exitoso entrenador del Atlético de Madrid, le está funcionando muy bien el uso de una serie de frases tomadas de cualquier libro de desarrollo personal, como por ejemplo “nunca dejes de creer”. A mí me parece una frase sensacional, solo que aplicada a un partido de la Champions se me figura algo simplista y banal. Mejor aplíquelo a su vida.

Leía con desconsuelo el testimonio de una emprendedora que se rendía y tiraba la toalla como empresaria y ponía su vida laboral en manos de alguna empresa que la quisiera contratar, después de hacer una enumeración de todas sus facultades personales y que eran muchas, por cierto. Lamento que esta profesional haya decidido rendirse y la entiendo, pero el drama es que ahora sí se está condenando a no alcanzar ni usar todo su potencial personal.

Y, como medida de prevención para la arrogancia, cada vez que se sienta que ha alcanzado la plenitud en algo y que ya no puede mejorar más, regrese a este artículo y léalo hasta que se convenza de nuevo que le falta mucho por hacer todavía. Y, para terminar con el partido de final de la Champions, ambos harán su mejor esfuerzo, ambos no dejarán de creer, pero solo uno ganará. Afortunadamente en la vida podemos ganar todos, pero sólo si usamos el hoy, el ahora, para mejorar en lo que sea, aunque sea solo un poco.

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